La salud pública debe adoptar un nuevo enfoque, uno que se base en la equidad y la inclusión. Imagine esto: un mundo en el que la equidad no es solo una palabra de moda, sino un principio rector. Las comunidades están en el centro de la toma de decisiones y dan forma activa a su salud, no se dejan de lado. El futuro de la salud pública tiene que ver con el trabajo en equipo al unir fuerzas con aliados inesperados de diferentes sectores y centrar las voces de la comunidad. Este futuro se trata de derribar barreras; no solo de solucionar problemas, sino de prevenirlos por completo. Se trata de asegurarse de que todas las personas tengan acceso al apoyo y la atención que necesitan para llevar una vida más saludable.
¿Quién puede marcar la diferencia en el futuro de la salud pública?
Usted
Hable por la salud. Alce la voz para abogar por políticas que prioricen el bienestar de la comunidad. Eduque a los demás sobre temas de salud pública y póngase en contacto con sus legisladores para promulgar el cambio. Las alertas de acción de APHA facilitan el envío de mensajes a sus funcionarios electos para informarles sobre los problemas que le interesan.
Únase a organizaciones comunitarias. Involucrarse con organizaciones comunitarias le permite contribuir a iniciativas que promueven la equidad en salud a nivel local. Por ejemplo, participar en una red de ayuda mutua puede implicar compartir recursos dentro de la comunidad durante tiempos difíciles, construyendo un sistema de apoyo sólido. Esta participación activa ayuda a crear un futuro más saludable en el que las comunidades locales tengan poder colectivo, para garantizar el bienestar de todos.
Comunidades o Vecindarios
Hacer que la información sea accesible. La información de salud debe ser fácil de entender para todos. Los grupos comunitarios pueden compartir recursos en varios idiomas y evitar la jerga para que todos puedan acceder y comprender información de salud importante.
Apoyar buenas políticas de salud pública. Las comunidades pueden promover políticas proactivas de salud pública mediante la organización de campañas de promoción, la recopilación de aportes de la comunidad y la participación directa de los responsables políticos, a fin de garantizar que estas políticas aborden las necesidades y prioridades locales específicas.
Ciudad o Estado
Financiar organizaciones comunitarias y departamentos de salud. Es vital contar con un financiamiento constante y a largo plazo para las organizaciones comunitarias y los departamentos de salud. Establecer mecanismos de financiamiento y subvenciones fiables para garantizar el apoyo continuo a las iniciativas y servicios esenciales de salud pública.
Declarar el racismo como una crisis de salud pública. Reconocer el racismo como una crisis de salud pública es un paso necesario. Es crucial reconocer los problemas sistémicos y tomar medidas específicas para desmantelar las disparidades de salud arraigadas en la injusticia racial.
Nación
Invertir en la infraestructura de salud pública. Construir una infraestructura de salud sólida es como sentar cimientos sólidos para una casa. Los sistemas sólidos y el financiamiento sostenido y equitativo respaldan la salud y el bienestar de todos en el país.
Creación de asociaciones intersectoriales. Necesitamos una amplia participación si queremos lograr el sistema de salud pública equitativo y sostenible que todos queremos. La salud pública, la atención médica, los organizadores de base, las comunidades religiosas, los negocios, la filantropía, el derecho, la educación y el Gobierno; todos tenemos un interés en el futuro de la salud pública. Involucremos activamente a socios poco tradicionales para que unir fuerzas y tener un futuro de salud pública más inclusivo y eficaz.
Líderes Internacionales
Crear alianzas mundiales para la salud. Los países que trabajan juntos pueden garantizar un futuro de mejor salud y bienestar para todas las personas en todas partes. Las asociaciones conectan conocimientos, ideas y recursos para lograr los cambios que queremos ver, como la prevención de brotes de enfermedades infecciosas, así como la provisión de vacunas y suministros.
Apoyar los esfuerzos para prepararse para pandemias y emergencias mundiales. Capacitar a más personas en todo el mundo puede ayudar a prevenir, detectar y abordar las amenazas para la salud pública. Al aumentar y mejorar la forma en que analizamos, monitoreamos e informamos sobre incidentes de salud mundial significativos, todos los países pueden trabajar en cooperación para salvar vidas y brindar mejores resultados de salud para todos.