Para la ciencia.
En los Estados Unidos, hay 61.4 millones de personas adultas con discapacidades, lo que representa el 26 por ciento de la población. La discapacidad es particularmente frecuente en las comunidades tribales, donde 2 de cada 5 aborígenes estadounidenses o nativos de Alaska no hispanos viven con una discapacidad. Debido al costo, más del 37 por ciento de las personas adultas con discapacidades no pueden acceder a atención primaria y preventiva regular. La demora en la atención expone a los adultos que viven con discapacidades a un riesgo mayor de padecer otros problemas de salud, como la enfermedad cardiovascular (11.5 por ciento comparado con 3.8 por ciento en adultos sin discapacidades) y la diabetes (16.3 por ciento comparado con 7.2 por ciento) (l). El acceso a la atención también se ve afectado por el acceso a los seguros médicos. En 2020, 28 millones de personas en los Estados Unidos estuvieron totalmente desprovistas de cualquier tipo de cobertura de seguros médicos.
Para la acción.
Podemos trabajar en conjunto para mejorar la salud de las personas que viven con discapacidades y de otros grupos marginados reduciendo las disparidades de salud en los seguros médicos, aumentando la accesibilidad física a la atención, aumentando la disponibilidad de cuidados adecuados, construyendo programas de salud pública más inclusivos y promoviendo una vida saludable. Aliente a sus representantes en el Congreso para que promuevan legislación sobre equidad sanitaria pare reducir las desigualdades que enfrentan las minorías raciales y étnicas. Inste a sus representantes a reforzar la infraestructura de salud pública y a promover las inversiones en el proyecto de ley Build Back Better (Reconstruir Mejor), para ampliar el acceso a una cobertura de salud integral y accesible, y proteger al público de las amenazas asociadas con el cambio climático.
Para la salud.
Con la Ley del Cuidado de Salud a Bajo Precio, las tasas de no asegurados han bajado. En 2008, solo el 83.2 por ciento de las personas menores de 65 años informaron que contaban con seguro médico, pero para 2014, la tasa de personas no aseguradas subió al 86.7 por ciento. La iniciativa Healthy People 2030 nos ha permitido monitorear los datos de salud pública, ocuparnos de los problemas dentro de nuestras poblaciones más vulnerables e implementar políticas y programas basados en evidencias para crear una nación más sana. El establecimiento Boston Center for Independent Living ejemplifica cómo se pueden derribar las barreras de acceso a la atención médica para las personas con discapacidades: muestra de qué forma nuestras acciones pueden propagarse para que el cambio tenga un mayor alcance. Podemos ver cómo hemos generado cambios positivos en la salud de nuestra nación con el tiempo.
Donde está usted.
Cambio climático o equidad de salud climática y racismo: históricamente los barrios urbanos "redlined" (de las líneas rojas), donde la población es mayormente negra, indígena y de otros pueblos considerados no blancos, han tenido menor acceso a espacios verdes, centros para refrescarse y aire puro y son más proclives a sufrir gentrificación climática.
Personal: aumentar el acceso a la educación disminuye la subrepresentación racial en salud pública. Las mejoras a los programas de salud pública que incluyan tanto la competencia cultural como la competencia en materia de discapacidad son otra forma de afectar la disponibilidad y calidad de la atención que reciben las personas.
Comunidad: nuestros sistemas comunitarios influyen en nuestra salud y calidad de vida tanto como nuestro sistema de atención médica. Fortalecer las organizaciones comunitarias que proporcionan servicios preventivos de atención de la salud física y mental, que atienden específicamente a personas con discapacidades, estudiantes y personas sin hogar, complementa la mejora de la salud comunitaria, aumenta la educación de salud y acerca la atención sanitaria a las personas.