Para la ciencia.
La comunidad es donde estamos. Es nuestras conexiones con los demás que comparten intereses, actitudes y metas similares. En los últimos años, esas conexiones han sufrido un gran impacto. La distancia física entre ellas y la limitación de reuniones comunales pueden provocar un aislamiento social, aumentando los índices de depresión, inmunidad perjudicada y mortalidad prematura. Estos resultados son incluso peores en las comunidades marginadas a causa de su origen étnico, ingresos, orientación sexual e identidad de género. El clima político también debilitó las conexiones entre las comunidades. Los debates sobre el acceso a la atención médica y las estrategias de financiamiento han distanciado a las comunidades entre sí. Esto hace que la comunicación y la cooperación sean sumamente difíciles. También hay otras condiciones en nuestras comunidades que afectan nuestra salud y bienestar llamadas determinantes sociales de la salud. Las personas que viven a pocas cuadras de distancia pueden tener expectativas de vida muy diferentes debido a la seguridad del vecindario en el que viven o la calidad de sus escuelas. La obstaculización del transporte y la falta de seguro médico pueden limitar el acceso a los servicios de salud. Esto puede aumentar el riesgo de comportamientos nocivos para la salud, como no tomarse los medicamentos o posponer la atención. Tener que viajar largas distancias para acceder a alimentos nutritivos se relaciona con la inseguridad alimentaria. Esto pone a las comunidades en mayor riesgo de enfermedades crónicas, como enfermedades cardíacas, cáncer y diabetes. También hay afecciones de salud medioambiental negativas, como la mala calidad del aire, que pueden provocar cáncer, enfermedades respiratorias y cardiovasculares.
Para la acción.
Participe más o vuelva a participar con su comunidad, y tenga un impacto en la salud pública. Puede sumarse a una huerta comunitaria, donar alimentos enlatados sanos y culturalmente adecuados a los bancos de alimentos, y colaborar de manera voluntaria en la distribución local de alimentos. Únase a una liga deportiva recreativa o a un grupo de acondicionamiento físico para participar en actividades físicas y conectarse socialmente con otras personas. Apoye las soluciones dirigidas por la comunidad haciendo preguntas en foros públicos o uniéndose a una junta asesora de la comunidad. Obtenga información sobre cómo utiliza su estado los fondos para la salud pública. Abogue para que sus funcionarios electos locales usen fondos para abordar las disparidades de salud. Anime a su gobierno local a apoyar el diseño saludable de la comunidad, que incluye parques, aceras y carriles para bicicletas. Pida que financien programas para prevenir condiciones de vida insalubres. Busque asociaciones multisectoriales con participación comunitaria. Abogue por un enfoque que incluya la salud en todas las políticas como estrategia para mejorar la salud de la comunidad. Involucre a sus pares de salud pública y funcionarios electos en temas de salud en las redes sociales para obtener una mayor comprensión sobre amenazas específicas, así como responsabilizar a las personas en roles de toma de decisiones.
Para la salud.
Las personas que se sienten más respaldadas e incluidas dentro de sus redes podrían vivir más, responden mejor al estrés y tienen un sistema inmunitario más fuerte que aquellas que están aisladas de sus comunidades. No obstante, las investigaciones también muestran que se necesitan acciones intersectoriales para rediseñar las condiciones de nuestros entornos sociales, construidos y naturales, para promover la equidad sanitaria y mejorar los determinantes sociales de la salud. La fuerza laboral de salud pública debe tener habilidades y conocimientos que atraviesen disciplinas en áreas como políticas, comunicaciones y análisis de datos. Los programas para los vecindarios, como las huertas comunitarias, no solo mejoran el acceso a alimentos nutritivos, sino que también cultivan el apoyo social y el bienestar emocional. Agregar elementos como aceras, parques, bibliotecas o carriles para bicicletas en los vecindarios promueve la actividad física y disminuye los efectos negativos del aire contaminado. Los esfuerzos locales deben mejorar la vivienda, la educación, los alimentos, el transporte y el medioambiente, para promover la igualdad, la resiliencia y la salud a nivel individual y comunitario.
En celebración.
La respuesta de la White Earth Nation (Nación de la Tierra Blanca) a la pandemia de COVID-19 incorporó el patrimonio cultural y los valores espirituales mientras se centraba en una campaña de vacunación para sus miembros de mayor riesgo. La participación en sesiones de danza tradicional griega mejora la condición física y el bienestar de los adultos mayores. Las ligas deportivas recreativas de la comunidad LGBTQ+ utilizan la actividad física para unir a las personas y conectarse con otros miembros de su comunidad. Omega Psi Phi Fraternity, Inc. creó un kit de herramientas en línea que ayuda a crear conciencia y apoyo para la salud mental de los hombres afroamericanos y sus familias. Los programas de educación entre pares sobre salud sexual y reproducción, específicamente para adolescentes y adolescentes afroamericanas y morenas, ayudan a los jóvenes a conectarse y lograr mejores resultados educativos.