Para la ciencia.
El 14% de los estadounidenses viven en áreas rurales. Los estadounidenses rurales tienen tasas más altas de tabaquismo, hipertensión y diabetes. En comparación con los residentes urbanos, corren un mayor riesgo de obtener malos resultados de salud debido a la variedad de disparidades que enfrentan en este tema. Las minorías étnicas y los grupos tribales tienen un mayor riesgo de tener malos resultados de salud, en comparación con los adultos blancos no hispanos. Estas disparidades de salud incluyen la pobreza, los desiertos alimentarios, que también se conoce como apartheid alimentario, la exposición a peligros medioambientales específicos y menos tiempo para la actividad física sin prisas. Las personas que viven en zonas rurales tienen menos acceso a la atención médica debido a la menor cantidad de proveedores e instalaciones, y más obstáculos de transporte. Tampoco tienen tantas probabilidades de contar con un seguro médico. Estos factores juegan un papel en el mayor riesgo de muerte por enfermedad cardíaca, cáncer, accidente cerebrovascular, enfermedad crónica de las vías respiratorias inferiores y lesiones no intencionales por accidentes automovilísticos, así como sobredosis de opioides que enfrentan los residentes rurales.
Los niños que viven en áreas rurales también enfrentan mayores desafíos con su desarrollo, salud mental y salud conductual. Los jóvenes que trabajan en granjas corren un mayor riesgo de sufrir lesiones. Tienen 7.8 veces más probabilidades de morir debido a una lesión laboral, en comparación con los jóvenes en otros trabajos.
Para la acción.
Mejorar la salud física y mental, y la participación de la comunidad mediante la creación de programas de actividades, así como la modificación de áreas locales como parques y parques infantiles, la creación de senderos para caminar y carriles para bicicletas protegidos. Aumentar el acceso a las instalaciones de salud y otros recursos públicos mediante la organización de servicios de transporte utilizando viajes compartidos voluntarios, autobuses públicos y furgonetas programadas. Proporcionar tutoría, asesoramiento, capacitación vocacional y preparación universitaria para estudiantes subrepresentados. Abogar por un acceso más fácil, y la capacitación y autorización de los socorristas para usar naloxona. Impulsar la expansión de la capacitación en la escuela de medicina para incluir habilidades para practicar con éxito en áreas rurales. Aumentar la disponibilidad de internet para apoyar los servicios de salud a distancia y tener una atención médica más accesible. Trabajar con centros de salud calificados a nivel federal que brinden atención a todos los pacientes, con o sin seguro.
Para la salud.
Existen estrategias efectivas que se comprobaron en varios estudios y funcionan en comunidades rurales. Los programas de desayuno escolar ayudan a reducir la inseguridad alimentaria y mejorar la dieta, la salud y los logros académicos de los estudiantes. La investigación también muestra que la capacitación vocacional para adultos y estudiantes de secundaria ayuda a fortalecer la fuerza laboral de salud disponible en las comunidades rurales, y pone a los residentes en el camino del éxito y mejorar sus comunidades. Los programas de atención médica y prevención de la deserción escolar también ayudan a los estudiantes de secundaria a lograr el éxito académico. El mayor acceso a la naloxona y la capacitación para administrarla también pueden traer una disminución en las tasas de sobredosis fatales de opioides.
En celebración.
Las organizaciones sin fines de lucro, como Holler Health Justice, les proporcionó a las personas afroamericanas, indígenas y de color de los Apalaches fondos para el aborto y apoyo práctico, además de distribuir mascarillas N95 y unidades de desinfectantes de manos en West Virginia durante la pandemia de COVID-19. El Alaska Native Tribal Health Consortium (consorcio de salud tribal para nativos de Alaska), junto con 10 tribus y 10 organizaciones tribales de salud, ofrecen seguro médico patrocinado por tribus a los nativos de Alaska y nativos americanos que califiquen, lo que hace que la atención médica sea más accesible financieramente. Durante 10 años, las comunidades indígenas dirigieron la resistencia y lucharon arduamente para cerrar el oleoducto Keystone XL, que amenazaba la seguridad, el suministro de agua y los recursos culturales de sus comunidades. En Enero de 2021, el Presidente Joe Biden revocó el permiso para el proyecto, y para Junio de 2021, TransCanada anunció la terminación de este.