Para la ciencia.
La falta de educación es uno de los factores sociales determinantes de la mala salud. Factores como la pobreza y los vecindarios inseguros pueden inclinar la balanza en perjuicio de los niños incluso antes de que ingresen al aula, porque el éxito educativo está directamente vinculado con la situación socioeconómica y el entorno comunitario. El 21% de los niños en los Estados Unidos vive en la pobreza. Para los niños negros e hispanos, esas cifran casi triplican (el 37.8% y 31.9%, respectivamente) las de los niños blancos (12.7%).[1] Más de un tercio de los estudiantes negros, hispanos, nativos americanos y nativos de Alaska en los Estados Unidos no se gradúan de la escuela secundaria a tiempo. Cuando se trata de alcanzar el objetivo de graduación de Healthy People 2020 del 82.4%, la brecha entre los estudiantes blancos y los estudiantes negros e hispanos es más del 10%. La cifra es aún mayor para los estudiantes nativos americanos o nativos de Alaska.[2] Los estudiantes que reciben el desayuno y el almuerzo gratis o a un precio reducido en la escuela tienen índices más bajos de ausentismo y obesidad, e índices más altos de inseguridad alimentaria.[3] El acceso a los centros de salud basados en la escuela tiene un efecto positivo en el clima de aprendizaje de las escuelas.[4]
Para la acción.
Exija un financiamiento equitativo para todas las escuelas dentro de su distrito escolar. Apoye los centros de salud basados en la escuela que conectan a los estudiantes con servicios médicos y de apoyo integral de alta calidad.[5] Promueva las asociaciones intersectoriales que apuntan a los factores sociales determinantes,[6] como incrementar las oportunidades de capacitación laboral, aumentar el empleo local y ayudar a los niños a alcanzar el éxito académico. Ayude a establecer consejos de coordinación de la salud escolar, con la ayuda de su departamento de salud local y las agencias en materia de educación, para lograr la participación de las familias y las organizaciones religiosas, las empresas, las organizaciones sanitarias y de salud mental, y demás partes interesadas de la comunidad. Este tipo de consejos puede vincular las bases de datos de salud comunitaria y las bases de datos de indicadores escolares para realizar un mejor seguimiento de las mejoras y las áreas que requieren atención.[7]
Para la salud.
Graduarse de la escuela secundaria está vinculado a un aumento en la esperanza de vida promedio de hasta nueve años. Los graduados de secundaria gozan de mejor salud y tienen menos gastos médicos que quienes abandonan. A los graduados universitarios les va aún mejor en lo que atañe a la salud.[7] Enarbole el mensaje de que la salud y la educación están entrelazadas. Contáctese con las juntas escolares locales y transmítales su apoyo a los servicios de salud basados en la escuela. Exija que las políticas de deuda del almuerzo escolar no castiguen a los niños. Abogue por eliminar por completo la deuda del almuerzo escolar. Los consejos escolares, los padres y los miembros de la comunidad deben "monitorear y evaluar la implementación de la Ley de Educación Primaria y Secundaria reautorizada a escala local para garantizar la equidad en los recursos escolares, los servicios de salud, el acceso a alimentos saludables y la capacitación de los educadores en todas las comunidades, y para garantizar que la educación en salud de calidad y la educación física adecuada sean componentes centrales de la escuela."[2]
Para la justicia.
La distribución actual de los recursos económicos a las escuelas se basa en los impuestos inmobiliarios. En los vecindarios y las comunidades donde los valores de las propiedades son más bajos, las escuelas reciben menos recursos. Para implantar la equidad, los recursos deben distribuirse sobre la base de las necesidades de los estudiantes.